MEMORIA
La casa se ubica en un lote dentro de la franja de preduna que actúa de borde climático entre el mar y al extenso bosque que caracteriza esta región de la costa atlántica. El terreno es arenoso, solamente fijado en algunos puntos por Acacias, y lo cruza de norte a sur, un médano de doce metros de pendiente. Bajo esta particular premisa topográfica y con los estudios orientativos de las estaciones más rigurosas, se proyectó la casa organizando su programa en un corte escalonado de tres niveles que acompañan y fijan la caída del médano.
En el nivel bajo se encuentran los cuartos de chicos y el área de servicio con accesos propios y visuales al bosque en su frente, y un muro de contención a su fondo, donde se apoya el gran nivel central liberado de visuales en sus cuatro lados. A este se accede exteriormente recorriendo la perspectiva mas larga de la casa a través de la rampa que bordea la piscina. Acá se organizan el estar, la cocina y el comedor, sobre los dormitorios la galería Oeste con altas vistas al bosque y sobre el médano, la terraza Este que se protege con las Acacias del viento marino. Desde el hall de llegada se baja internamente al sector enterrado o se toma la escalera para llegar al estudio y la suite de planta alta. Este último es un volumen totalmente despegado del suelo, apoyado en cuatro columnas y protegido de su fuerte exposición del mar con muros dobles de mampostería en su interior y Timbó en el exterior.
Los vanos fueron pensados desde la relación de uso de los espacios exteriores y lo interiores, con carpinterías de madera que se corren dentro de la cavidad de los muros y las ventanas desde las distintas profundidades visuales que se buscaron desde el interior concebidos como paisajes que se recortan en la prevalencia del muro. 

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